Por: Michael Matos
Esta joven generación empoderada, genuina y motivada tras el
rastro de lo mejor en vez de lo bueno, se rehúsa a ser sepultada por el tiempo,
alimentada por su ambicioso compromiso de perpetuarse en este, y forjar las
bases para el desarrollo de los jóvenes del mañana.
En un viaje hacia la evolución física e ideológica, surcando
los entramados e insondables rincones de la inocencia, el deseo de cambio
seduce a las prematuras mentes de los jóvenes modernos, quienes a pesar de ser
víctimas de la agenda prefabricada por el sistema, que intenta condenarlos a
continuar en las gradas como espectadores, fuera del terreno de juego político,
y no como jugadores regulares y apologistas de los cambios que la sociedad
necesita, avanzan a pasos agigantados, comprometidos con el futuro y dispuestos
a divorciarse de lo que un día fueron, desafiando realidades adversas y
pateando paradigmas para ser un ejemplo digno para las futuras generaciones.
Esta joven generación empoderada, genuina y motivada tras el
rastro de lo mejor en vez de lo bueno, se rehúsa a ser sepultada por el tiempo,
alimentada por su ambicioso compromiso de perpetuarse en este, y forjar las
bases para el desarrollo de los jóvenes del mañana.
Por tales razones, la participación política de este
segmento (listos para tomar el relevo) es fuente de esperanza y viene a
evolucionar la forma de hacer y ver la política con herramientas 4K.
Ahora hemos echado al zafacón de la historia las ideas
análoga y nos hemos revestidos de las ideas milenium.
La Tecnología 4K supone una mejora en la resolución y
calidad de la imagen que es 4 veces más que la que alcanzan los actuales
televisores con definición HD 1080p, alcanzado los 3840×2160 píxeles, y en este
caso es el sustantivo perfecto para nombrar este segmento de la sociedad que se
encamina a convertir un gran avance tecnológico en acción, y con su condición
de mayoría tomar el guía para cambiar el rumbo de nuestra sociedad.
Por tanto, si las organizaciones políticas quieren
sobrevivir en el tiempo, se verán obligadas a acoplarse a las aspiraciones de
los jóvenes y cambiar el chip del pretérito; ya que "Juventud" es
sinónimo de modernismo, entusiasmo y capacidad. Aunque es cierto, que en
ocasiones el simple hecho de ser joven no te suple esas virtudes, estaríamos
mejor encaminados como sociedad si los líderes más adultos o viejos robles,
como se les llama popularmente, que tienen las características de los
televisores más antiguos/mecánicos (ese tubo de Neón detrás de un disco de
Nipkow que produce una imagen del tamaño de una estampilla, ampliada al doble
por una lente), combinan sus años de experiencia con la fuerza y la voluntad de
los modernos televisores 4K, ya que muchas veces los jóvenes no saben lo que
pueden hacer, pero los viejos no pueden hacer lo que saben.
En fin, verlo desde una óptica global, nos permite como
jóvenes asumir un compromiso más responsable entorno a esta situación, ya que
podemos palpar desde varias perspectivas
la realidad de nuestra generación y aportar nuestra parte en la intención de
abrir los ojos de las futuras generaciones.
Esto podemos lograrlo, rompiendo el
cordón umbilical que nos alimenta de pensamientos seculares, para así escalar
nuevos peldaños que nos coloquen en la cima de la pirámide socio-politica en
representación de los jóvenes con resolución 4K.
La tarea pendiente es seguir formándonos política, social y
éticamente, pues los demás vendrá por ósmosis irreversible.
La suerte está echada y los vientos son favorables, pues
como una vez dijo Juan Pablo Duarte: ¡Juventud, esperanza de la patria mía!
(@MICHAELMM1925)
