La celebración de este
Día de la Cerveza Alemana se instauró recordando la fecha de aprobación de la
Ley de la Pureza de la Cerveza por Guillermo IV de Baviera en 1516. Según dicha
ley, para garantizar la pureza de la cerveza sólo se debe usar malta de cebada,
lúpulo y agua.
En Alemania se calcula
que existen más de 5.000 tipos de cerveza. Algunas especialidades regionales
como la cerveza de trigo son conocidas en todo el mundo. Otras sin embargo
quedan relegadas para el consumo de los expertos locales. Prácticamente toda
cerveza que se precie tiene su tipo de barril y su tipo de vaso y forma de
servirse.
Por cierto que algunas
estadísticas cuentan que en Alemania se consumen de media más de 115 litros de
cerveza por persona al año. Semejante cifra no significa que Alemania sea el
país donde más cerveza se bebe. A pesar de ser el mayor país productor de
cerveza en Europa, el consumo por habitante queda en segundo lugar después de
la República Checa.
Para satisfacer tal demanda sin duda es
necesario contar con un buen servicio que sepa contactar con el cliente.
Prácticamente cada cervecería tiene su propia “versión”. En Colonia es el
llamado Köbes y su trabajo es algo así como “vendedor a comisión” de la
cervecería. La tradición manda que sirvan constantemente cerveza en las mesas a
no ser que el cliente diga "basta".
Más allá del mero
placer de calmar la sed por ocio, alrededor del consumo de cerveza hay toda una
industria ya que los alemanes acompañan con esta bebida cualquier otro tipo de
actividad. Como en el llamado “Bierbike”, curioso invento en forma de bar móvil
propulsado a pedales por los sedientos clientes. Menos mal que el que conduce
debe permanecer sobrio.
Alrededor del deporte
también gira en algunos casos la publicidad de las marcas de cerveza. Una
conocida casa de cerveza bávara del tipo Weizen Bier no dudó de calificar su
versión “Sin Alcohol” como bebida isotónica apta para reponer fuerzas. Sobre
todo después de haber pedaleado como este club ciclista. La meta de su
recorrido del día no fue otra que la cervecería.
No solo en las
actuales fronteras de Alemania sino también en otras ciudades europeas se sigue
esta tradición cervecera. Sobre todo si están marcadas históricamente por la
impronta germana . Como en esta cervecería en la plaza principal de Breslau
(Polonia), que no tiene nada que envidiar a cualquier otra cervecería de
Múnich.
También algunas osadas marcas extranjeras que
pretenden conquistar los oligopolios de las marcas alemanas. Por ejemplo la
española San Miguel, que trata de hacerse un hueco en el mercado alemán
desmarcándose de la dura competencia nacional.
Sea extranjera o
local, blanca o negra, grande o pequeña, lo que está claro es que la cerveza es
inherente a la vida en Alemania. “Tanto para él como para ella”, como reza este
anuncio luminoso desde hace más de cuarenta años que incluso ha sido declarado
y protegido como monumento de interés artístico.
Fuente:
http://www.dw-world.de/flashcms/alemaniacerveza/es/es_alemaniacerveza_popup.htm
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