Por: América Pérez
Pensadora Libre
Tuve una infancia normal por así decirlo, pero recuerdo que mi padre (fallecido) siempre vivía cuidandome en cuanto a mi integridad física y emocional. Teníamos un amigo que se llama Tito el cual no confiaba en él para nada. Yo como niña no veía más que un tío que siempre llegaba con dulces a la casa, pero mi progenitor quizás veía más allá, tal vez como hombre al fin.
En su lecho de muerte me pronunció la siguiente frase "Mi hija cuídate mucho, no te opongas a que tu mamá quiera hacer una nueva vida con otro hombre, pero que no lo lleve a la casa, ese espacio es tuyo y de tu hermano". Esas palabras calaron en mi. Además que siempre me expresaba que ojo con los hombres mayores,que si alguien me tocará en mis partes íntimas debía comunicarlo,no importa quien fuese ni que me dijera que no comentara nada. Había vivido y visto tanto a sus 50 años y tantos.
Hoy leyendo la triste historia de Dioskary Gómez la chica que le quemaron su cara, de camino a la universidad, siendo el padrastro el principal sospechoso,recuerdo cada advertencia hecha por mi padre.
Los padres muchas veces se ciegan frente a problemas que afrontan sus hijos, y es que los seres humanos dan advertencias clara de que se sienten mal o algo le pasa. En un hogar siempre habra señales de cuando las cosas no andan bien.
Una vecina que por cierto falleció decía cuando era pequeña "Fuego y leña no pueden estar juntos", muchas veces las mujeres con hijas e hijos entran otras personas al hogar sin conocerlas bien, de donde vienen,volviendo a sus crías vulnerables.
Muchos caen en un amor no vidente de realidades que pesan. Pero violan padres a sus hijos, que no hará alguien que no le duele ni siente por ellos. Analizando una foto entre la madre de Dioskary, el padrastro y la joven, las manos puestas entre las dos féminas dan un mensaje diferente. Se puede percibir el deseo en la forma en cómo agarra a la chica.
En las redes sociales circula un video donde se le dice a la madre que el abusaba de la joven durante esta estaba trabajando. Hay que ser prfuente con quien dejamón entrar a nuestra casa, a nuestra cama y a nuestra familia.
No todos los casos son malos, existen padrastros y madrastras respetuosas y forjadores de grandes seres humanos, que son dignos de ser llamados padres y madres, pero existen otros que hacen el arrepentimiento y la culpa acompañe por toda la vida a quienes le mostraron amor y confianza.
Dicen los psicólogos que en la mayoría de las violaciones el factor "familia,de confianza o conocido"es quien ejecuta. Más en jóvenes y niños, sectores vulnerables,supcetibles a amenazar para callar el delito.
Padre,madre o tutor seamos vigilantes...siempre el acosado,violado/a y violador dan señales que debemos descodificar.
En la confianza está el peligro,reza un dicho popular alimentado por las vivencias en el pasar de los años.
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