Por: Flavia Segura
El sábado 28 de junio transitaba por la avenida
Isabel Aguiar y caminando por la
“Acera”, las cuales están destinadas para eso, casi me caigo con un hierro que
tenía un negocio en la misma, el cual estaba desde dentro del negocio, cruzaba
la acera y llegaba hasta un carro.
Cuando me pasa el incidente le digo al caballero
que está ahí, “Si me caigo los demando”, a lo que él muy seguro me dice:
“Estarás tú en Nueva York”, yo le dije unas cuantas cosas, claro! No palabras
obscenas sino, como abogada pero, decidí seguir caminando y entonces me puse a
pensar: Este señor me dijo eso por ignorancia o porque realmente está
convencido de que en nuestro país una demanda de esa categoría no procedería o
simplemente, aunque estoy segura que puedo hacerlo, me verían como una loca
incoando una demanda por esa situación.
Cuando el caballero señala que si yo creo que
estoy en Nueva York es porque él está seguro que allá si lo pueden multar, que
allá si se cumplen las leyes, que allá él no puede tener ese hierro en la
calle, etc. Pero aquí, lamentablemente, aun estando las leyes, que supuestamente
te amparan, hay cosas que no funcionan y aún yo quiera hacerlo debo contar con
un abogado dispuesto, que no me diga “mejor olvídate de eso”, debo tener
tiempo, porque el proceso sería bastante largo y por supuesto, dinero para el
procedimiento y estar clara de que la gente lo que va es a burlarse de mí
porque hacer tal demanda que pudiera llamarse insignificante pero no deja de
ser procedente, sólo sería de una gente sin nada que hacer.
Pero, ahora bien, estará el dueño de ese
negocio pagando los impuestos correspondientes por el uso de esa acera, estarán
las autoridades competentes dándole seguimiento a los negocios que están usando
esas áreas sin el debido permiso, etc.
Pero eso no es nada, veo a diario como dueños
de negocios y de ciertas casas, toman las aceras, parte de calles, áreas
verdes, etc., y no hay nadie que denuncie
estas acciones y yo me pregunto: tendrán algún permiso para hacer
eso?
En fin, me tocará seguir caminando en plena
calle, porque las aceras seguirán ocupadas, defendiéndome solas, porque las
leyes sólo funcionan para un grupito y yo ni soy hija de papi y mami, ni tengo
un apellido de renombre, y mientas veo la pobreza de mi sistema sólo me queda
seguir Pensando en Voz Alta y pedirle a Dios que no aparte su misericordia de
nosotros.
Muy bien, prima.
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