Por Lic. Pedro N. Guzmán, @guaman45
Manoguayabo, martes1 de julio del
2014.
Cuando escuchamos el
término líder, generalmente usado en grado superlativo,
por lo regular nos figuramos a la persona que ejerce la máxima autoridad en un
determinado conglomerado de personas. Sin embargo, esta concepción del líder se
encuentra muy distanciada de la realidad de un verdadero líder en la
actualidad.
Anteriormente, para
que un gran líder fuera reconocido como tal, este debía ser un guerrero feroz,
capaz de enfrentar y vencer a cualquier adversario. En la Republica Dominicana
recordamos una época reciente en la que el brillo y magnanimidad dependía de la
grandilocuencia de su oratoria y de su habilidad para encantar a las masas
(casos del Dr. José Francisco Peña Gómez, el Dr. Joaquín Balaguer y el Prof.
Juan Bosch).
El tema del liderazgo
ha estado por años en boga, sobre todo en instituciones de la sociedad civil
cuya fortaleza y crecimiento dependen del desarrollo humano de sus miembros, como
es el caso de las cooperativas, las iglesias, los clubes sociales, entre otros.
Estas instituciones se fortalecen cuando desarrollan a sus líderes a través de
talleres, charlas, seminarios, congresos y educación continua. Lástima que los
actuales partidos políticos, al menos los mayoritarios, no tengan este como su
modelo de crecimiento.
A lo interno de los
partidos políticos, principalmente, escuchamos a personas utilizar el
calificativo “líder” para referirse a compañeros a los cuales no conocen bien o
no recuerdan sus nombres. Es,más bien, una forma de ocultar la falta por no ser
capaces de distinguirlos apropiadamente.
Para la mayoría, lo
difícil es aceptar que tal o cual persona de su entorno, un compañero, un amigo
un compueblano o correligionario es un líder. Siempre que una persona es indicada
como líder, ya sea auto sugerido o señalado por alguien más, de inmediato
comienzan las contradicciones, negaciones y cuestionamientos, tanto públicos
como privados.
Lamentablemente no existe un “liderazgómetro”, un instrumento capaz
de medir la dimensión o naturaleza del liderazgo de las personas, por tanto
debemos aceptar que existen muchos estilos de liderazgo y también líderes de
dimensiones diversas.
Es difícil tratar
temas de liderazgo sin que surja la eterna cuestión: ¿El líder nace o se hace?
Hay personas que nacen con cualidades interesantes; estas pueden ser rasgos de
liderazgo pero, el líder se puede formar, el líder se educa.
Liderar no consiste
en “ordenar y mandar” aunque haya que saber hacerlo. Liderar es orientar,
formar, lograr equipos cohesionados que buscan un objetivo común.
Todo aquel
que reúna estas características es un líder aquí y en la Luna.
En mi opinión se nace con esta aptitud, luego es potenciada con la adquisición de conocimientos. Un buen líder, con su discurso, es capaz de persuadir. El liderazgo está estrechamente ligado a la política, lamentablemente en los últimos tiempos, estamos viendo más demagogos que líderes.
ResponderEliminarUna cosa que deben aprender ustedes los políticos es que los líderes exitosos son hechos (percepción deseada). Las redes sociales, la prensa, la propaganda, la comunicación política, las relaciones públicas son disciplinas que nos ayudan a comprender esto. ¿Obama es un líder?, claro que sí, pero un líder 2.0. ¿Leonel, Danilo, Hipólito, Miguel, Luis Abinader, Amable Aristy, Abel Martínez, Reynaldo Pared son líderes?, claro que sí. Cuál de ellos, el día que nació ,fue llamado líder?
ResponderEliminarExcelente presentación, pienso que cuándo una persona tenga estás cualidades debemos darle todo el apoyo necesario.
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