Por:Melvinson Almanzar
Comunicador Social
Hoy fue mi último día de trabajo como Director de Comunicaciones en la OMSA y al salir de la oficina recordé lo que pedí a Dios el día que Bachi el taxista me llevó por primera vez a ese lugar:
"Señor Jesucristo, el día que me vaya de este lugar permiteme salir con la misma humildad y moral con que me trajiste. No me dejes tocar lo que no es mío y solo déjame cumplir con el reto profesional de levantar la imagen de tan importante empresa para los pobres de esta ciudad".
Cuando decidí ir del Departamento de Prensa del Intrant a la Dirección de Comunicaciones de la OMSA, en medio del lamentable escándalo que afectó esa entidad, la gente me preguntaba si estaba loco, incluso era por el mismo salario. La verdad fue una decisión difícil, pero el reto profesional me motivó y el deber de ayudar al director Hector Mojica, era una deuda de gratitud.
Así comenzó la historia de generar las estrategias para demostrar que en aquel lugar había mucha gente valiosa y decente, así comenzamos a contar la historia de la GENTE OMSA.
En principios casi el 82 % de los entrevistados tenía una opinión negativa de la institución, pero en el 18 % que decía tener aprecio por ella vimos la motivación para trabajar todas las horas necesarias en la misión de enseñar que la Gente OMSA es gente de trabajo.
No procuro alardear de logros ni éxitos en torno a la gestión ni particularmente a mi trabajo allí. Solo diré que cerca del 80 % de las personas opinan que la institución cambió para mejor.
Así que en esta despedida quiero agradecer a mi familia de la OMSA y al Municipio Santo Domingo Oeste por acogerme de manera tan cariñosa y sincera.
Gratitud a la prensa local y nacional porque dieron valor a nuestros contenidos y al personal de la institución por el afecto y apoyo total.
Con mi gente buena y humilde, no solo la que trabaja en OMSA, sino la que usa el servicio, comprobé que como dijo un autor: "para ser buen periodista primero hay que ser buena persona".
A pesar de muchas y buenas ideas que aportó la Dirección de Comunicaciones, creo firmemente que la OMSA no me debe nada a mi, sino que yo le debo a tanta gente buena por acompañarme y a sus usuarios por motivarnos a trabajar en su favor.
Siempre disfrute andar por los talleres, pasar por el lavadero, almorzar en el comedor junto a todos, aprender sobre los equipos y las operaciones con personas sencillas, pero que tienen gran conocimiento de sus áreas, en fin, vivir la realidad de una empresa que trabaja muy duro para salir cada día a las calles en las mejores condiciones posibles.
Eternamente doy gracias a Dios por no darme más de lo que llevé en sentido material, pero me aportó el amor de muchas personas especiales, desde las que servían el café hasta los que se emburujan con un motor de 300 caballos de fuerza. Sin ellos no hay OMSA, sin cajeras y chóferes no hay OMSA, pues la parte directiva es lo menos, allí lo importante es la GENTE OMSA.
¡Éxitos a la nueva gestión, continúen transportando sueños!
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