martes, 21 de enero de 2020

Pensando en Voz Alta : Hombre, maquina o animal


Solo recuerdo que no recuerdo.Estas cosas pasan, pero el dolor se queda, solo que por momentos lo anestesiamos, para despertar la felicidad que llega, algunas veces, por destellos.

LA MUERTE DE JULISSA MARGARITA CAMPOS HERNÁNDEZ es una muerte absurda, nadie merece un final tan carente de sentido, no por ser mujer, sino por la forma como vivió y la forma como murió.

La educación es efectiva cuando esclaviza nuestros instintos primitivos, instintos que hacían falta en la selva, pero que sobran en la sociedad. No me refiero a la escuela, a la universidad o a los institutos, me refiero al desarrollo de capacidades para respetar valores, creencias, sistemas de ideas organizados y normas, crear un contexto para que el ser vivo haga el tránsito al ser humano, al ser social, y no a la máquina sin sentimiento.

La conducta antisocial de matar a otro ser humano no nos hace aminales, nos hace máquinas insensibles, los animales tienen razones muy profundas para matar, motivos que ni ellos mismos entienden, que solo el hombre trata de entender.

Una máquina sin empatía entra a la casa de esta ejemplar mujer, supuestamente a robar y al ser descubierto no se quiso ir vacío, en su frustración, con su locura o con su droga, con un arma de fuego le roba la vida a una ciudadana útil, dejando muerto en vida a su esposo, sus hijos, a su padre, a su madre, a sus hermanos y a sus reales amigos. El asesino quizás no sienta remordimiento, porque ve la tragedia como un simple accidente de su trabajo, como daños colaterales.

El/la que mata a una persona no sé si sabe la cantidad de vidas que destruye, el dolor que siembra, la amargura que produce. La conducta agresiva de un animal no es banal...

Noel De La Rosa

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