sábado, 25 de agosto de 2018
El observador sabatino: Machismo Cultural
13:17
No comments
Por: Luis Eduardo Montero
A los machistas les resultará difícil asimilar la idea de que un hombre se dedique a investigar, analizar, escribir y opinar acerca de un controvertido tema como el machismo. Tema que al ser abordado objetivamente, cuestiona, critica y condena el dominio del hombre sobre la mujer.
De hecho, el machismo podría traducir esto como una imperdonable traición al "Sexo Fuerte", y una actividad de muy poca identificación y orgullo masculino, según el "fundamento machista".
Pero, es de gran satisfacción ser la excepción dentro de un clima de prejuicio sexual que amenaza con incidentar y contaminar las relaciones humanas.
La Real Academia de la Lengua define el machismo como la actitud de prepotencia de los hombres respecto de las mujeres. Se trata de un conjunto de prácticas, comportamientos y dichos que resultan ofensivos contra el género femenino.
Yo aportaría que el machismo es una construcción cultural que pone al hombre en el centro de las cosas (androcentrismo), además de vender la idea de que el hombre es superior a la mujer. Esa superioridad se manifiesta en diversos aspectos como la fuerza, inteligencia, habilidad, liderazgo, naturaleza, etc. A su vez, esa tendencia de superioridad se evidencia en la casa, en la empresa, en la política, en la religión, en el deporte, etc. En todas esas áreas la mujer puede ser víctima de discriminación y/o exclusión. ¿El gran motivo? ser "mujer".
Por desgracia, a todos nos han criado con la absurda idea de que el hombre es superior a la mujer, de que el hombre es el "sexo fuerte" y la mujer el "sexo débil", nos han metido a la cabeza de que el hombre mantiene a la mujer, nos han indicado culturalmente de que los hombres no están para hacer oficios en la casa, también nos han enseñado que los hombres no lloran, que el rosado es un color femenino, etc. Todas esas concepciones son tóxicas, y nacen en nuestras casas, se transportan a las futuras familias y finalmente llegan a la sociedad, ese círculo vicioso genera violencia.
Todos sin excepción alguna, hemos escuchado frecuentemente las siguientes expresiones, de hecho son muy populares y hasta son parte de nuestra jerga nacional:
"¡Mire, los hombres no lloran!"
"¡Párese como un hombre!"
"¡Camine como un hombre!"
"¡Yo soy el hombre de ésta casa!"
"¡Esa es mi mujer!"
"¡Ése es mi marío!"
"¡Yo mantengo ésta casa!"
"¡Aquí se hace lo que yo diga!"
"¡Rosa es la mujer de Miguel!"
Entre otras más...
Todas esas expresiones evidencian un marcado machismo en nuestra cultura; todas van dirigidas a descalificar y menospreciar a la mujer como ser humano, todas generan violencia y todas ponen a la mujer en la peor posición de valoración social y familiar.
Es importante decir que el machismo es una forma de violencia expresada en discriminación, exclusión y abuso de "poder". Tipos de violencia como la psicológica, económica, emocional y hasta física, pueden tener un motivo y origen machista. De hecho, el machismo es considerado como la principal causa de la violencia de género.
Esa violencia puede contar con motores que propulsen y "justifiquen" su ejecución en franco detrimento de la mujer. Por ejemplo, para muchos hombres, la capacitación y el ascenso social y profesional de la mujer constituye una amenaza. Pocos hombres asimilan la idea de que la mujer gane más dinero que ellos.
Es decir, los intentos de preparación, proyección, ascenso y desarrollo de una mujer, pueden convertirse en los principales motivos de su agresión, exclusión, humillación y hasta eliminación física.
Leer y asimilar eso es muy difícil, pero es una cruda realidad que vemos todos los días.
Termino diciendo taxativamente lo siguiente:
Es completamente falsa la promocionada superioridad del hombre sobre la mujer, no existe un ser superior a otro, nadie es mejor ni peor que nadie, eso sencillamente no existe.
Las personas somos y nacemos iguales.
Nuestra importancia y valor no radica en nuestra naturaleza sexual, tampoco somos más inteligentes por el hecho de ser hembra o varón. Es mentira la idea de que la mujer debe dedicarse exclusiva y únicamente a las tareas domésticas, es falso la existencia de un color femenino o masculino, es una infamia decir que los hombres no lloran. Constituye una estupidez otorgar liderazgo, poder o dirección partiendo de la condición sexual de la persona. Y ojo: la mujer no debe alimentar el machismo del hombre.
En definitiva, no podemos seguir reproduciendo la absurda idea de que la mujer debe aceptar la inferioridad que le han vendido por laaaargos años. La mujer no nació para estar sometida a un yugo de esclavitud social y familiar. Tampoco quisiera que se interprete de que estoy promoviendo el feminismo e incitando a la desobediencia, no hay necesidad de eso. Tanto el hombre como la mujer deben estar conscientes de sus roles dentro de la familia, cada cual debe cumplir responsablemente sus obligaciones; pero esto debe ser realizado sin caer en dominios, exclusión, humillación, discriminación y mucho menos violencia física.
Fuera el machismo, fuera el feminismo, que viva el "Ser Humano".
0 comentarios:
Publicar un comentario