sábado, 21 de julio de 2018

El Observador Sabatino : La violencia y sus afecciones psicológicas



Por: Luis Eduardo Montero

La psicología como ciencia encargada del estudio de la conducta del ser humano nos enseña por medio de sus investigaciones científicas cómo se desarrollan los procesos químicos y eléctricos que motivan las acciones de los seres humanos. Nos indica cómo los neurotransmisores  actúan en nuestro sistema nervioso central, actuando como activadores o como inhibidores, todo esto manifestado en nuestra conducta.

Cabe señalar que ésta introducción científica es indispensable para poder materializar los objetivos de éste artículo y lograr su comprensión, por lo tanto, partiendo de todo este apoyo científico podemos decir que el ser humano es un ser que responde a sistemas químicos y eléctricos concentrados en su interior (Sistema Nervioso Central) los cuales motivan sus acciones.

Pero, a pesar de que la mentalidad humana es extraordinaria, no está exenta de desequilibrios eléctricos, episodios anormales,  afecciones nerviosas, deterioro y perturbación mental. Es decir, el ser humano es mentalmente débil, sus procesos biológicos pueden sufrir daños severos e irreversibles.

Uno de los factores que afecta gravemente la salud mental del ser humano es la violencia. Por supuesto, la violencia es el resultado de impulsos emocionales, arranques de ira, incontinencia temperamental, en fin, es producto de la incapacidad de resolver situaciones difíciles por medio del diálogo, del entendimiento y del uso de todos los métodos de conciliación cívica y pacífica.

La violencia deja una estela de daños irreversiblemente peligrosos, daños que amenzan con cercenar la integridad mental de los protagonistas, de sus familias y posteriormente de la sociedad en general.

Violencia intrafamiliar, violencia de género, delincuencia común, delincuencia organizada, corrupción social, corrupción política, atracos, asesinatos, estafas, violaciones, suicidios, secuestros, accidentes por imprudencia, etc,  son parte de un peligroso esquema de violencia que día tras día amenaza la salud mental, la tranquilidad y la convivencia social.

No podemos ceder a éste esquema de violencia, cruzar los brazos sería una imperdonable agresión a nuestro compromiso humano. Preguntémonos cosas como: ¿Qué educación le estoy dando a mis hijos? ¿Cómo le respondo a los demás? ¿Cómo trato a mi pareja? ¿Qué tiempo le estoy dedicando a mi familia? ¿Qué hago en mi comunidad? ¿Qué ciudadano soy? En fin, ¿cuál es mi compromiso con éste mundo?

Te invito a buscar las respuestas de estas y muchas otras preguntas que carecen de respuestas y que pocos seres humanos se interesan en responderlas, no te sumes a esa desafortunada lista.

0 comentarios:

Publicar un comentario