Muchas veces decimos sin darnos cuenta del gran poder que tiene la frase "Yo soy", a viva voz pregonamos que somos X o tal cosa, escribimos lo que llevamos dentro o de experiencias propias (no siempre), conversaba con un amigo periodista(Milciades Pichardo) sobre el tema de "Ser Feliz" y sobre el abordaje que le dimos en la ultima entrega de esta columna Como yo lo veo. El hacia énfasis en que cada quien es la palabra, si eres feliz lo dices y si no lo eres tambien. Paso a explicar, su tesis es que cada quien habla de lo que es. Aunque en el momento no entendí la magnitud del mensaje, si quedó en mi cabeza estas 4 palabras que han motivado a este escrito: Yo soy la palabra.
Nuestro accionar demuestra muy bien de que estamos constituido,esencia, crianza familiar y vivencias. Bien cita la biblia, esa joya de literatura y recopilación de la palabra santa "Hace daño lo que sale de la boca" motivado por el corazón ¿Y qué sale del corazón? Salen las Palabras y las acciones (positivas y negativas). Fijémonos en como actuamos y que decimos, sin son pronunciamientos que ayudan a que los demás se edifiquen, si llevamos paz y seguridad al receptor, al entorno.
Los tonos influyen a la hora de comunicar, las personas agresivas suelen utilizar el alto (tono) para sentirse superior o dar la impresión de tener la razón, otros utilizan la persuasión como herramientas de manipulación. Cuando afirmamos que "Somos la palabra" va directamente proporcional con la inteligencia emocional, sin dejar a un lado que no se admite la hipocresía, porque más que decir que "somos" lo realmente importante es vivirlo, sentirlo y transparentarlo.
Por citar un ejemplo, cuando saludamos a alguien, este inmediatamente responde : Estoy bien. ¿Y es cierto? No, siempre. Es el estado optimo que todos queremos alcanzar. Aparte que cuando se da esa respuesta nadie más te pregunta, ahora bien si dices que "Estas mal" comienzan las interrogantes por curiosidad, morbo, empatia o simple chisme. Ser la palabra significa un compromiso con nosotros, un pacto de coherencia entre lo que dice la boca, el corazón y los actos.
El primer capítulo del Evangelio de Juan se refiere a Jesús como el Verbo. En el versículo 1 leemos:
“En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. En el versículo 14 encontramos: “Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. En la cultura y filosofía griega, el “Verbo” o Logos (la palabra griega traducida como “verbo/palabra”) se refería al puente entre el universo trascendente y el material. Juan usó este concepto de logos o “verbo/palabra” como una referencia divina para presentar a Jesús como divino.
Con este versículo queremos reflexionar en las cosas que decirmos o hacemos, ya que estas son las que salvan o condenan,ademas que fuimos hechos a imagen y semejanzas del Cristo vivo, pues imitemos la forma en que él le hablaba a los demás, aun a quienes le adversaban sin causa alguna. Antes de pedirle a los demás cambios, tenemos por delante la ardua labor de nacer en el espíritu, no es fácil pero jamas imposible. Solo es cuestión de determinación.¿Yo soy la palabra dulce, edificante, serena, impusadora, motivadora, alegre o asesina de moral, chismosa, intrigante, obscena, infeliz, destructora? Es tiempo de elegir que tipo de palabra quiero ser.
Si tu (palabra) no aporta a que otras personas sean mejores cada día, opta por el silencio...
Por: América Pérez
Pensadora Libre
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