Por:Tony Pina
Me da pena el Marcelino Vega. O aún no han asimilado la derrota, o se creyeron la mentira de que eran los dueños invencibles del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP).
A un certamen electoral se va a ganar o a perder. En todo caso, lo importante no es ganar o perder, sino competir.
Es una verdadera lástima que nuestros adversarios no asistieran, ayer, al acto de entrega de los certificados de elección de los periodistas ganadores en los comicios celebrados el 25 de agosto pasado.
Sabíamos que el polvo de la derrota aún no lo han asimilado. De ahí que les costó trabajo reconocer su fracaso, llegando al extremo de recontar los votos.
¡Carajo, qué malo es dejar -de buenas a primeras- de mamar las tetas a la vaca!
Su inasistencia al acto no sólo constituye una falta flagrante al protocolo y a la fiesta de confraternidad gremial, sino que desdice mucho de la cacareada integración de unos periodistas que sólo piensan en que "el mundo se les ha venido encima" al perder sus cargos.
Sabíamos que nuestros adversarios siempre se han creído la farsa de que el CDP era una especie de coto cerrado, pero jamás pensábamos que se iban a sentir tan mal, al extremo de convertirse en seres tan ridículos y esmirriados.
Fueron a las elecciones confiados en que las ganarían, pero jamás, ni remotamente pensaron que las perderían.
Se creían invencibles. ¡Cuán equivocados estaban!
No repararon siquiera en que el movimiento Marcelino Vega hacía meses que había caído en el descrédito y la desconfianza de sus mismos integrantes.
Sabemos de los negocios que hacían desde el CDP, sabemos de las múltiples irregularidades cometidas, y de ahí el por qué de cómo se sienten, pues lo menos que hacían era representar con dignidad a los periodistas colegiados de la República Dominicana.
Sería bueno que desde ahora vayan pensando de que en agosto les llegó su agosto, y si en verdad se creen periodistas que se pongan a buscar trabajo en las redacciones de los medios ¡si es que acaso saben redactar! (Tony Pina)
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