Las pieles se separaran de los huesos, los ojos se salieran de sus huecos y la materia de 146 mil personas se desintegrara sin aviso, en un segundo, dejando tras de sí solo siluetas ensombrecidas en el suelo, pruebas de que una vez hubo risas y momentos.
Ayer, hace setenta y dos años...
La maldad venció a la maldad y el bien se mantuvo neutral, viendo lo inmaduro que suelen ser los maldadosos. ¿Por qué festejaron la "victoria"? Si al final ganó aquel alemán y su viejo amigo asiático, ya que ambos demostraron de que estaba hecho el ser humano.
En 72 años... ¿Qué hemos aprendido?
A ser más malvados, a superarnos en maldad con jugueticos más modernos que, quizás, podrían borrar la faz de la tierra en milésimas de segundos. Seguimos siendo el mismo invasor racista de aquellos tiempos. Todavía somos los mismos que ambicionamos poder y creemos poseer la razón absoluta.
Hoy, 7 de agosto de 2017, aún somos los mismos seres humanos capaces de sentir placer y orgullo por cometer aquellos actos inhumanos...
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