52 años de la fatídica y grosera presencia militar estadounidense en la República Dominicana.Abusaron hasta más no poder, colocaron en nuestro cuello sus sucias y asquerosas botas, Abril vive, resplandece, a pesar de los reiterados propósitos de borrarla de nuestra memoria. Emerge con mayor fortaleza, porque es el paso de los años que visibiliza esa gran verdad que defendimos.
Entraron como lo hacía Atila y sus hunos, pero recibieron la fortaleza nacional que no se quebró ante sus tanques, que no se amilanó ante los fusiles manejados por perversos ladrones de territorio ajeno.
Hoy, a 52 años cumplidos demasiado rápido, revive ese orgullo patrio de abril de 1965. Honor y gloria imperecedera para los constitucionalistas de Abril, 1965, nuestra eterna y gloriosa primavera.
Fuente: Marina Aybar
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