Por: Angélica Muñoz
Es fuerte las heridas que quedan al sufrir una violación, no
existen palabras para describir tal dolor; esta es una de las experiencias mas
traumáticas e invalidante que puede vivir cualquier persona. Creemos que los adolescentes corren menos riesgos porque
serian más capaces de defenderse, pero, esto no es así; según las estadísticas
la adolescencia es la edad de mayor riesgo, ya que nunca hablan de ello. Esta
experiencia es tan dolorosa que no saben cómo enfrentarse a ella.
Ante el shock emocional causado por una violación, éstos se
sumen en una profunda tristeza que puede desencadenar una fuerte depresión.
Algunas mujeres que han sido víctimas de violación experimentan un bloqueo
emocional, ya que se sienten culpables de lo que les paso y suelen pasarse horas
atormentándose sobre lo que hicieron para provocar dicho acto, y que debieron
hacer para impedirlo.
Son muchas las interrogantes que nos hacemos lo que estamos
fuera de la situación; acusamos la forma de vestirse y la confianza dada a ciertas
personas, pero, ¿qué pasará por la mente de esos desalmados? La sociedad misma
se encarga de disculpar a esos desalmados utilizando justificaciones.
Si la victima decide hacer la denuncia y presentar cargos
(la investigación policial y el juicio mismo) pueden suponerles nuevas crisis;
ya que los policías y tribunales tienen toda una historia de trato insensible e
incluso abusivo de las víctimas de violación y adoptan una actitud cínica.
Debemos orientar mejor a nuestros hijos e hijas para que
sepan detectar las señales de posibles acosos e intentos de violación, que no
callen ante estos hechos sin importar quien intente invadir su privacidad, ya
que en la mayoría de los casos son realizados por familiares o personas muy
cercanas.
¡Debemos delatar estos casos! Niño y niña mereces respeto y
amor.
¡NI UNA EXCUSA MÁS!

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