
Asimismo, la Cultura Consumista penetró en el cuerpo de la sociedad y se ha estado expandiendo hasta convertirse en el patrón que define la agenda de vida de quienes formamos parte del actual organigrama social.
Este modelo ha tenido éxito con el uso de la publicidad y el manejo de la opinión pública que empuja al individuo a emular estereotipos y patrones de vidas importados. Consecuentemente, es inducido a comprar y despilfarrar grandes cantidades de servicios y bienes, sin importar que estos no sean necesarios, porque a través de la promoción estimula en el sujeto la ansiedad de cumplir con las exigencias consumistas para generar "estatus social", obviando los reglamentos éticos que nos rigen para la convivencia mancomunada.
Todo esto es resultado del objetivo principal del Consumismo, el cual se identifica como la obtención de poder adquisitivo por parte de la persona, para de esa forma suplirse del catalogo de bienes y servicios que proporciona el capitalismo y seguir al pie de la letra las reglas del gasto excesivo, que generan un sentimiento efímero de felicidad, ya que crea dependencia de los bienes materiales y un posterior derroche de los recursos debido a que consumir se ha transformado en una herramienta social, usada por quienes buscan ser deseados, admirados y envidiados para alimentar su ego o subir su autoestima.
Sin lugar a dudas, hoy en la "Era del consumo", la persona que habla por celulares modernos, compra automóviles de lujo, come en prestigiosos restaurantes, toma costosas bebidas, descansa en sofisticadas villas, realiza onerosos viajes, usa ropa, zapatos, perfumes de valiosas marcas y sigue ciegamente la moda, asciende socialmente y se "diferencia de los demás humanos" por el simple hecho tener bienes que hablan de cuanto dinero posee, conviertendose, de esta manera, en el estereotipo a seguir y ser imitado por las masas.
Las calles de República Dominicana, son plazas de la compra excesiva, donde está de moda adquirir productos para ser diferente a los demás. Pues, paradójicamente, en nuestro país la clase media y baja se ha colocado en la cima de la "Cadena Consumista", dejando de ahorrar, gastando, comprando o despilfarrando, montones de dinero en bienes y servicios innecesarios. Y es que, según Fight Club, la publicidad nos tiene persiguiendo autos y ropas, trabajando en trabajos que odiamos para comprar cosas que no necesitamos.
Otras sociedades, como la nuestra, han emulado esta cultura occidental, consiguiendo el mismo resultado ético-moral, mutilando las esperanzas de re-direccionar el rumbo tomado por la sociedad moderna, sin importar los esfuerzos en materia de educación. Tanto así que, este cáncer cultural y socio-económico se mantiene firme, obnubilando nuestras conciencias y alterando gradualmente, el comportamiento cívico que garantiza la convivencia pacífica, y amenaza con metástasis hasta dejarnos CONSUMIDOS POR EL CONSUMISMO.
Por: Michael Matos
Columnista
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