Por: Tony Pina
Más que mujer, más que madre, más que amiga, más que comunicadora, más que embajadora de cultura, más que exitosa productora de radio y televisión de toda su vida, más que haber ganado el premio mundial “Gourmand World Cookbook Awards” en París con su libro el “Sabor de mi tierra”, Socorro Castellanos es y ha sido bondad, solidaridad y ternura toda su vida.
Ella ha tenido etapas en que las ha vivido 'negras' como ella misma dice, pero con semejante coraza siempre Socorro Castellanos ha sabido salir triunfante.
¿Quién, que viva, no ha tenido momentos terribles en su vida?La conozco hace años, tantos que se pierden en la lontananza del tiempo, pero cuando más nos conocimos fue en la cabina de CDN La Radio.
Era un espacio de verdadera expresión cultural de entrevistas y comentarios tan variados y tan amenos que hicieron de la tarde un acrisolado momento de exquisitez y armonía.
Nunca pensó que desde su natal Santiago llegaría un día a la televisión, en Santo Domingo, ¡y de qué manera tan exquisita y tan sublime!
Siempre acuciosa, siempre amena, Socorro, cuando llegaba a cabina, me buscaba en la redacción de El Caribe para juntos comentar la actualidad noticiosa del día, y yo me sentía feliz con su grata compañía. Me impresionaba su voz, su dicción, su capacidad de síntesis y, sobre todo, la forma cómo exponía.
De ella aprendí, a raíz de la muerte de su hija, una expresión que me llegó a lo más recóndito de mi alma: "Ninguna persona está preparada para perder un hijo"; y cuando la sentí en carne propia con la muerte de mi hijo sólo así supe del por qué del amor y el dolor que ella vivió, porque a amar y a sentir sólo se aprende amando y sintiendo, y no de otra manera.
Pero Socorro siempre ha sido así, una guerrera en espíritu y en verdad; una luchadora de toda la vida.
Hoy, Socorro Castellanos, está de cumpleaños; y para mí es mucho más que un motivo de alegría, porque la amistad que a ambos nos une es como el sabor del buen vino: mientras más años pasan más identidad y amistad hay mutuamente.
Hablo de una guerrera, ¡hablo de Socorro Castellanos. ¡Que Dios te bendiga!
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