Por : Mariano Jazmín
República Dominicana es un país que posee grandes recursos naturales, con paisajes excesivamente hermosos que atrae a muchos extranjeros a visitar y disfrutar de este país quisqueyano; hermosas playas, ríos, montañas, su cultura, su gente, todos estos factores conjugados dejan como resultado una belleza inigualable.
Pero en los últimos meses todo este paraíso esta siendo asaltado por la delincuencia que azota sin piedad y sin ningún tipo de misericordia a nuestra sociedad y a los extranjeros que nos honran con sus visitas, esto trae como resultado una agigantada inseguridad ciudadana.
El vandalismo se ha apoderado de las calles perpetuandose en primer plano, biolentando con sus acciones la paz y la tranquilidad que todos tenemos derecho de exhibir, causando estragos cual si fuera una espeluznante película de terror cometiendo hechos sin precedentes y nunca antes visto.
Robos, atracos, violaciones, muertes, son de las cosas que se están viviendo en nuestro país, el ciudadano común camina invadido de un temor exuberante por nuestras calles, esta es una situación que no sólo las autoridades competentes deben combatir, debemos inmiscuirnos todos (gobierno-sociedad) para combatir este mal y creo que estamos a tiempo.
La delincuencia converge mayormente en muchachos adolescentes (entre15 a 20 años), la familia como la entidad más antigua debe de cumplir su rol, nosotros como sociedad también, inculquemos los valores que poco a poco se han extinguido, no podemos permitir que esta nueva generación siga creciendo podrida, debemos cambiar esta realidad que hoy vivimos.
Hoy salí a la calle con la gracia de Dios, y aunque no fui asaltado por delincuentes, pero cada vez que me paso un motor por el lado fui asaltado por el miedo y el temor.
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