Salir al cine Elite o al Independencia, ir los sábados a comer helados Capri, bajar al Malecón a mirar las olas del mar, ver las vidrieras de la calle El Conde, subir a la avenida Mella a comprar libros usados en la Librería Fersobe, pasear de noche para mirar las farolas amarillas de la Ciudad Colonial, son cosas que se fueron para siempre, que ya no existen, se las llevó la delincuencia.
Qué horror! Qué barbaridad!
Fuente: Tony Pina
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