Por: Tony Pina
Ojalá que como isla nos acabemos de hundir rápido. No sé, si es como dice Silvio Rodríguez en la Canción del Elegido; pero ojalá que pase rápido lo que tenga que pasar ¡y que sea rápido!
Jamás había visto una cosa (sí, una cosa) tan cínica, hipócrita y criminal como el dominicano. ¡Qué desgracia la mía haber nacido en esta vaina!
¿Cómo podríamos ser tan indiferentes con lo que está pasando con los ríos y con los bosques, que no sea porque somos una caterva de estúpidos y de tarúpidos, que para lo único que servimos es para ver las cosas y ser indiferentes!
¿Sabrá la mayoría de este país de ignorantes la amenaza inminente que nos aguarda si seguimos con esta destrucción de nuestros ríos?
El Jimenoa, antes un río de tórrida corriente, hoy se muere lenta pero efectivamente víctima de un cauce paralizado y poblado de algas, precisamente porque ya no es el acuífero de corriente que se arrastraba entre piedras y lajas y era la vida misma de Jarabacoa.
Pero no es sólo el Jimenoa y el Yaque del Norte agonizan; son todos los ríos del país y, lo peor de todo, ante la mirada indiferente de un gobierno cuyo presidente, paradójicamente le enseñó un brasileño (Joao Santana), actualmente preso por corrupción, a brincar charcos.
¡Con razón Danilo en esta campaña no se le ha visto saltar charcos! No hay. están acabándolos ¿Cómo puede haber vida en los años inmediatos, si los ríos ya no son ríos sino pestilentes cañadas por donde seguro Danilo no le gustaría ni pasar debido a la pestilencia?
Pero como dice Kinito Méndez (o han puesto a decir a ese tarúpido) "¡El país está lleno de escuelas y carreteras! Claro que sí, pero lo que no dice en su vergonzosa campaña reeleccionista es que que son obras construidas con los millones robados del 4% para la Educación.
Y yo agrego impotente, pero de manera constante: ¡El país está lleno de ladrones y de estúpidos!. ¡Y que siga Danilo y el PLD hasta que nos lleve el mismo diablo!
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