Y qué me dicen estos cambios
sobre la salud? Ante estas alteraciones se debe estar alerta porque, en
ocasiones, se requiere atención ginecológica para controlarlo.
A
continuación compartimos en detalle qué es lo que indican y cuándo requieren
ayuda de un profesional.
El
periodo menstrual está próximo

Siempre y
cuando la vagina no quede seca en su totalidad, indica que el ciclo menstrual
está a punto de comenzar.
Sin
embargo, este cambio varía de mujer a mujer, pues hay quienes siguen teniendo
un flujo normal hasta que aparece el sangrado.
Episodios
de estrés
Tras
atravesar periodos de constante estrés es común que las secreciones en la zona
íntima incrementen de manera significativa.
Sin
embargo, estas no duran demasiado y casi nunca causan un mal olor. Si ocurren
otros desequilibrios es mejor consultar al médico porque puede existir alguna
infección.
Infección
por parásitos intestinales
Este es
uno de los cambios a los que se les debe dar atención inmediata. Si el flujo
presenta un color que va de amarillento a verde y, además, se acompaña con
olor, picazón y dolor al orinar, existe una gran probabilidad que haya una
infección causada por parásitos intestinales que, por lo general, es de
transmisión sexual.
Es
bastante común en los días posteriores a la menstruación y produce una
irritación notable en las zonas externas de la vagina.
Ovulación
El flujo
que aparece en los días de ovulación está considerado como normal y no debe ser
motivo de alerta.
Este se
caracteriza por tener un color y textura similar al de la clara de huevo crudo,
y es la señal que indica que el óvulo fue liberado para ser fecundado.
Su
presencia nos dice que es un momento apropiado para lograr con más éxito un
embarazo o, por el contrario, es una señal para reforzar las medidas para
evitarlo.
Infección
bacteriana
Gran
parte de los cambios en las secreciones vaginales tienen que ver con algún tipo
de infección bacteriana o por levaduras.
Estas causan
alteraciones evidentes como colores más visibles que van de amarillo a gris y
café oscuro.
En casi
todos los casos producen un olor bastante fuerte que suele ser comparado con el
del pescado; además, es más espeso y abundante.
Si el
flujo es grisáceo es probable que se deba a una infección conocida como
vaginosis; no obstante, si su color es café, puede ser porque hay una
acumulación de sangre seca.
En
cualquier caso, lo mejor es consultar al especialista cuando hay desequilibrios
tan notorios y molestos.
Es
conclusión, es determinante aprender a reconocer cuando los cambios se deben a
una transformación hormonal y en qué momento dicen que algo está funcionando
mal. Así se puede tratar a tiempo antes de desarrollar una enfermedad más
compleja.
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