El caso de la OISOE revela una estructura de corrupción enquistada en el Estado con asombrosa intransigencia. Hay que transigir con la mafia, de lo contrario, sobreviene la desgracia. El destino es fatal, la suerte trágica. Porque la mafia es la que domina ese antro podrido. No solo domina allí: domina también en otros espacios de poder. Pienso en Educación, Obras Públicas y un largo etc. La corrupción es una enfermedad endémica que carcome las instituciones.
Es también una forma de cultura política, transformada en modus operandi. Pocos resisten la tentación: las oportunidades son escasas y la ambición es desmedida. Nadie quiere volver a la inopia. Sin embargo, se corre un tremendo riesgo: la soberbia. Manuel González Prada: "Cuando un individuo se eleva por encima de su clase social, suele convertirse en el peor enemigo de ella". (Horas de lucha). Saulo de Tarso se convirtió en Pablo, volviéndose un firme cristiano tras ser verdugo de creyentes. Pablo es el Cristo de los gentiles. Gloriosa transformación.
Vuelvo a la corrupción. Es tan alarmante como alarmante es la impunidad. No hay voluntad política para erradicarla. No hay un régimen de consecuencias. Hay crimen pero no castigo. Crimen sin castigo es una nueva versión de la novela de Dostoyevski. Lamentable. Lo dice la escultura de Miguel Ángel: "¡Mejor es permanecer dormido para no despertar rodeado de tanta vergüenza y podredumbre!".
Fuente:Ling Almanzar/Facebook
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