martes, 15 de septiembre de 2015

Como yo lo veo: Anímate a congregarte

Por: América C. Perez
Pensadora Libre  

El metro de Santo Domingo es uno de los medios que utilizo para poder llegar a tiempo a mi destino de estudio: UASD. Con sus inicios de construcción fueron muchos los comentarios a favor y en contra de esta obra que alivia mi vida y las de otros usuarios( transporte decente, rápido, sin estrés, ni calor,etc). El dominicano se acomoda a los espacios, al grado de ser camaleonicos, si el lugar donde está hay reglas nos sometemos a ellas sin pelear. Eso me acuerda un dia en Panamá donde un colega y paisano compró una bebida alcohólica y un policía que nos custodiaba, le dijo que debía bebérsela en el bus o dentro del hotel , ya que no se permite beber en área publica. Que crees que hizo mi amigo? tuvo que sentarse en el bus a tomársela, normal. si hubiese sido aquí dice mil y un San Antonio o simplemente hasta el policía lo ayuda a beber uniformado y más de ahí. 

Volviendo al tema del metro, cada vez que me subo me pongo a ver y analizar el comportamiento de los que me acompañan en el viaje. He visto la amabilidad de las personas cuando ceden asientos, incluso los cristianos juegan un papel importante, en las terminales hay testigos de Jehova con unas carpetas con sus revistas sonriendo y predicando a todo el que le pasa por el lado. Predican a quienes viven la rapidez para alcanzar el vagón que los llevara a su parada. Del otro lado, los evangélicos que también abordan este medio no se quedan atrás, llaman la atención con su mensaje sobre la salvación y el infierno. Al comparar ambas formas de predicar sobre Dios y su reino vemos que uno utiliza la persuasión mientras que el otro el terror.  

Cada quien tiene su forma de llevar el evangelio, aunque a modo personal considero que es mejor vender las cosas buenas con la salvedad de que sino las practicamos pueden acarrearnos cosas malas, el sistema de condenarnos como si fuesen ellos Dios, olvidándose que la cualidad principal del creador es el Amor. Precisamente ayer un señor muy bien vestido sin que nadie se los esperara con voz fuerte dijo: Arrepentidos que el fin ya está aquí!. Comenzó su predica sin percatarse quien le prestaba atención. De mi parte, lo miraba fijamente, acción que el desviaba la mirada hacia otras personas. Sentía la timidez en su rostro pero el amor a su prójimo pero sobretodo a Dios lo impulsaba. No digo que los evangélicos estén mal en su forma de enviar el mensaje, pero si deben revisar y no caer en los extremos,convirtiéndose en fanáticos, porque una persona que piense jamas asimilará un mensaje de una persona con aspecto descuidado con un alto-parlante. 

Todos tenemos esa sed de saber y conocer mas del creador. Te invito hoy a que oremos pidiéndole a Dios la paz que tanto necesitamos pero que sea el quien la proporcione no la mano del hombre.. Anímate a congregarte y buscar su bondad inmerecida. 




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