Lo cierto es que el plan haitiano es llevado a cabo con tal sabiduría, precisión y fidelidad que nos tienen al salto de la pulga, pues un día sí y el otro también haitianos cruzan la frontera hacia nuestro país y nada ni nadie lo impedirá. Con los haitianos estamos como aquel refrán que dice que "da lo mismo atrás que en la espalda", que cuando no es Juan es Juana. Están ahí, estarán ahí, no hay fronteras que los frene y continuarán cruzando hacia acá mientras no encontremos la fórmula de contenerlos. Claro está.
Por: Pablo Carvajal / Facebook
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