miércoles, 3 de diciembre de 2014

Pan y Circo

Por :Jael Martinez

Llevando la imaginación en retrospectivas, recuerdo mi asistencia al circo en época de mi infancia. Puedo decir que me convertí en un seguidor acérrimo de estos espectáculos, tanto así, investigaba bastante acerca de estos centros de entretenimiento.

Ahora vienen a mí estas remembranzas, y es que de tal manera, se asocian a los tiempos actuales basado en los acontecimientos en nuestra República. Las principales noticias son: muertes de infantes por falta de recursos en los hospitales, policías envueltos en actos delictivos, impunidad política y otras tantas que duraríamos horas escribiendo para enumerarlas.

Nuestro país está desembocando un descalabre abismal, pues contiene un alto porcentaje, en lo requerido, frente a la institucionalidad estatal. Las autoridades competentes no actúan debidamente, como si estuvieran maniatados. 

A veces no entiendo el porqué, para hacer cumplir una ley, se debe crear otra, consiguiendo así,  una cadena legislativa que no funciona ni la una, ni la otra.

Caminamos hacía una profunda cueva, nos hundimos; sin nadie que trate de ayudar para solucionar las situación enfermiza.

Todo este vendaval de parafernalia, nos remontamos a la antigua Roma, donde se le daba ´´pan y circo´´, tratando de encubrir un tema de suma importancia, con uno banal, conllevando a enrollar la ciudadanía a olvidase de lo que tiene mayor cuantía.
La nación está siendo zarandeada  por un brote de inescrupulosos que son legítimos enemigos, en gran magnitud, de la salud social del pueblo dominicano. Esas sabandijas rastreras, pululan  como ratas, haciendo picaduras a todo aquello que proporcione una magnífica estabilidad, aunque existan funcionarios que deseen lo bueno, estas alimañas pasean al asecho, similares a un león rugiente que busca que devorar.


Creo firmemente que es pertinente, hacer algo, tomar las riendas de nuestro país, llegó la hora de creer en nosotros mismo, de ver las cosas más allá de nuestras narices.


Por lo que, acuñando una frase del Reverendo Martin Luther King Jr. "No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos"

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