martes, 7 de octubre de 2014

Caos y muerte.


¿Quién de nosotros no ha sufrido un accidente en las calles de República Dominicana o conoce a alguien que haya pasado por esto?

El estado dominicano es débil frente al caos vial y la seguridad ciudadana, ocasionando agotamiento social, estrés y en los peores de los casos: la muerte.

Nuestro país  tiene siete entidades oficiales para la regulación y ordenamiento del transporte, la ley  241 de transito y proyectos de leyes sobre educación vial, aun así las cifras son alarmantes.

Por ejemplo, en el año 2012 los accidentes por imprudencia en las calles fueron de 3,018 personas y el año siguiente resultaron 2,475 lesionados.


El informe sobre la situación vial del 2013 producido por la organización mundial de salud nos sitúa como el segundo lugar entre 182 países pertenecientes a las naciones unidas con más muertes de transito por cada 100 mil habitantes, con una tasa de 41.7 fallecimientos, le antecede la isla Niue en el pacifico que tiene 68.3.

La falta de conciencia social, educación y amor al prójimo provoca el 90% de los accidentes de tránsito, vemos conductores temerarios, violadores de túneles, adictos a los celulares mientras manejan, abusadores del alcohol y drogas, motoristas sin cacos, pero las autoridades que deben ser el paradigma también incurren en estas y otras acciones fatales.

No basta con más Amet en las calles ni semáforos ‘’inteligentes o con leyes  de tránsito, se necesita voluntad social y esfuerzo en conjunto para educarnos sobre la tolerancia y responsabilidad vial, no es justo que se nos vea como una selva, donde prime la inconsciencia cuyo desenlace sea pérdidas humanas.


¡El progreso comienza por la educación!







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