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jueves, 4 de febrero de 2021

Las líneas paralelas en los crímenes de dos catedráticos

 Javier Flores

javier.flores@listindiario.com
Santo Domingo, RD

La noche del 11 de octubre del 2017 una llamada telefónica interrumpía una clase que impartía el abogado y profesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Yuniol Ramírez, en la facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas.



El cadáver de Ramírez fue hallado en la mañana del día siguiente, apenas horas después de que se reportara como desaparecido y varios videos de las cámaras de seguridad del parqueo universitario registraran que se realizaron varios disparos dentro de un vehículo estacionado al lado del suyo.

Una situación similar se vivió el 26 de mayo pero de 1994 cuando el también profesor universitario, Narciso González, culminó sus clases en la Facultad de Humanidades de la UASD y partió rumbo a su casa la noche de ese día, a la cual nunca llegó.

Lo que pasó con Yuniol
Al recibir el mensaje en su salón de clases, el catedrático Ramírez despachó a sus estudiantes y se dirigió al parqueo para acudir a reunirse con quienes le habían llamado y esperaban justo al lado de su vehículo.

El hombre de entonces 45 años, nacido en la provincia San Juan de la Maguana, desde donde partió en su juventud hacia la capital dominicana con el sueño de convertirse en abogado y  estudiar Derecho, justamente en la universidad donde impartía docencia, fue secuestrado alrededor de las 9:00 de la noche en ese mismo parqueo sin que más nadie volviera a saber de él hasta el día siguiente.

Esa noche sería la última vez que alguien vería con vida a Ramírez, quien solo días antes había destapado un escándalo de corrupción que en la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (OMSA) y que llevó a la cárcel a varios empleados de esa institución, en especial a su entonces director, Manuel Rivas, acusado de asociación de malhechores, soborno, crímenes de corrupción, fraude contra el Estado y corrupción en procesos de duplicidad de pagos.

El cuerpo de Ramírez fue hallado la mañana del jueves 12 de octubre, apenas horas después de que se reportara como desaparecido, cuando un pescador notó que un cadáver que tenía una cadena en el cuello, atada a un block sumergido en el río de Manoguayabo, en Hato Nuevo.       

Inmediatamente comenzaron las investigaciones por parte de la Fiscalía del Distrito Nacional y a medida que pasaban los días, con imputados detenidos por el caso Yuniol Ramírez, afloraron también las irregularidades cometidas en la OMSA que trajo consigo el sometimiento a la justicia del entonces director Manuel Rivas.

Directamente, por su asesinato, fueron apresados José Antonio Mercado Blanco (El Grande), cómplice del acusado de ser el autor material Argenis Contreras; Víctor Elizander Ravelo Campos (El Herrero) y Jorge Luis Abreu Fabián (El Taxista), quienes ayudaron al autor del crimen a buscar los instrumentos para encadenar el cuerpo y tratar de deshacerse del cadáver.

La ficha faltante para concluir ese caso era Argenis Contreras, señalado como el autor material del asesinato de Yuniol, quien luego de más tres años lejos de la justicia, apenas el pasado martes fue extraditado desde Estados Unidos y apresado por las autoridades dominicanas. El acusado dice que vino a “aclarar las cosas”.

Aunque los expedientes de la Fiscalía señalaron que Ramírez se encontraba extorsionando a los funcionarios de la OMSA, la figura del catedrático quedó “martirizada” como un icono de la lucha contra la corrupción por una gran parte de la ciudadanía.

Desaparición Narcisazo     
Narciso González, quien fuera conocido como Narcisazo en el campus universitario, había mostrado de manera pública su desacuerdo con el régimen del entonces presidente Joaquín Balaguer y según varios escritos de los medios de la época, el catedrático publicó un artículo en la revista La Muralla, en donde calificó al mandatario como “lo más perverso que había en el país isleño”.

Narcisazo también hizo referencia a graves actos de corrupción en la administración estatal y mencionó a jefes militares, un cónsul y otros funcionarios como supuestos sustractores de 20 millones de dólares.

Luego de las elecciones realizadas en ese mes de mayo, el profesor fue uno de los principales propulsores de que Balaguer realizó el gran “fraude electoral” y orquestó un agitado discurso en contra del régimen.

Apenas diez días después de la contienda electoral, González desapareció sin dejar ningún rastro.

Casi 27 años después, contrario a Yuniol, la desaparición de Narcisazo sigue siendo uno de los más grandes misterios de la justicia dominicana. Luego de la noche del 26 de mayo, ni la silueta ni el cuerpo del profesor y columnista fue vuelta a ver.

Durante todo ese trayecto,  han sido varias las teorías de lo que en realidad pasó, sin embargo sus familiares, incluyendo a su esposa Luz Altagracia Ramírez González y sus cuatro hijos acusan a las autoridades de la época de tratar el caso como “una simple desaparición”.

Sepa más
Condena.
El caso Narcisazo alcanzó ribetes internacionales cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó al Estado Dominicano al considerarlo “internacionalmente responsable por la desaparición forzada” del catedrático, así como por las consiguientes violaciones a los derechos a la libertad e integridad de su persona.

Indemnización.
Con un fallo unánime, la corte dispuso que se indemnice a la esposa de González y a sus hijos Ernesto, Rhina Yokasta, Jennie Rosanna y Amaury, con la suma de US$290,000 por daños material e inmaterial. También ordenó al Estado dominicano continujar las investigaciones del caso para establecer la verdad de los hechos y disponer sanciones para los responsables..

Fuente>Listin Diario 

República Dominicana registra 28 muertes y 1,671 nuevos casos de coronavirus

 El Ministerio de Salud Pública reportó este jueves 28 muertes por coronavirus y 1,671 nuevos casos, de acuerdo con el boletín epidemiológico #322.  De las muertes ocho ocurrieron en las últimas 24 horas.

De 13,096 muestras procesadas 1,671 dieron positivos situando la tasa de positividad diaria en 20.30 %.

En cuanto a las hospitalizaciones,  hay 958 personas ingresadas para un 35 %; 288 están en Unidades de Cuidados Intensivos para un 53 % y 157 con ventiladores para un 39 %.

A la fecha suman 2,747 muertes por coronavirus en República Dominicana y 218,948 casos registrados.

Se elevan los casos activos

De acuerdo con el boletín epidemiológico de Salud Pública hay 53,391 casos activos

REFLEXIONES EN EL CAMBIO #18 Crónica del oportunismo




Por: José Francisco Peña Guaba

Escribir sobre los oportunistas es fácil, porque el oportunismo en nuestro pueblo siempre ha existido, desde tiempos inmemoriales. Suele ser descrito como la actitud de la persona que se acomoda a las circunstancias para obtener provecho, subordinando, incluso, sus valores y principios.

El oportunista tiene gran habilidad para aprovecharse de las circunstancias. Suelen ser personas hipócritas, mentirosas y calculadoras, que viven de las apariencias; suelen llamar la atención relacionándose con gente influyente y con buena imagen, para beneficiarse, ufanarse de tener buenos contactos y amplias relaciones, construyéndose una imagen pública que las muestra como personas exitosas.

Las características comunes de los oportunistas en la vida, en los trabajos y más aún en la política, son las siguientes:

Primero: suelen presentar rasgos psicopáticos, particularmente la ausencia de empatía, pero, tienen capacidad para seducir a los demás, carisma y encanto personal, pero son manipuladoras, que se apropian de iniciativas ajenas y, dado que carecen de sentimiento de culpa, buscan su objetivo sin importarles los demás.

Segundo: viven a la caza de los influyentes o poderosos para crear una supuesta amistad, casi siempre fingida, medrando en las relaciones que construyen con la única intención de beneficiarse ellos mismos de esos vínculos relacionales.

Tercero: los oportunistas se vinculan para crear una falsa imagen de apoyo y solidaridad en el entendido de que, si cae en desgracia o al olvido alguno de los influyentes con los que mantienen contacto, si algún influyente viene a menos, en el momento preciso lo abandonan. 

Cuarto: los oportunistas son expertos en chantaje emocional, crean dosis de culpabilidad aprovechando a los propensos de aceptar culpabilidades para lograr ser tomados en cuenta. Están atentos a quienes intuyen débiles de espíritu, para aprovecharse de esa situación, desarrollando una especie de extorsión y lograr ser tomados en cuenta, aunque carezcan de mérito alguno. Eso es muy común en los rompimientos con las ex parejas, que exageran o fingen gran malestar debido a las causas de la separación o ruptura, pero sólo para que la otra persona crea que es la culpable de su sufrimiento y entonces los compense.

Y quinto: es muy común en los roles de género, en el caso de los hombres, que se crean responsables de las mujeres porque supuestamente son más débiles. Las mujeres se entienden como personas desvalidas, que necesitan ser protegida. Este tipo de personas oportunistas se presenta de manera sinuosa, aparentemente en sumisión, para crear responsabilidades hacia la persona que puede garantizar o contribuir con su bienestar inmediato o futuro. 

Es que lo del “oportunista” es escalar, no importa a cuántos deje en el camino lo importante para él, es llegar a lo más alto. Hacen suya la frase que se le atribuye a Nicolás Maquiavelo: “El fin justifica los medios”. Por eso son capaces de armar las estrategias más viles contra otros, para cumplir sus ambiciones, sin escatimar tiempo o esfuerzos y en algunos casos recursos, para lograr su meta, no les importa en lo más mínimo las consecuencias adversas o el perjuicio que les inflijan a otras personas.

En su habilidad para sobrevivir el oportunista es adulador y lisonjero con los jefes, líderes o candidatos, a efecto de lograr su afecto, resaltando excesivamente sus cualidades. El oportunista no da nada si es a cambio de nada, siempre da buscando ventaja personal. Como egoístas que son, sólo ven y trabajan, únicamente, para su provecho particular. Por eso no son leales a nadie, se venden al mejor postor. Convertidos en “caza fortunas”, sacan partido de todo, se nutren de los incautos y se aprovechan de la ingenuidad y buena voluntad de las personas.

El oportunismo ha tenido un crecimiento vertiginoso en los últimos años, producto del desastre moral de las sociedades modernas, en las que se promueven los anti valores, de lo cual se benefician los trepadores que tiene la suerte de ser tomados en cuenta de manera casi inmediata por los jefes. Claro está, los oportunistas y arribistas terminan por hacerse conocer de todo el mundo, por eso, a la larga, producto de sus constantes y pronunciadas deslealtades, terminan siendo rechazados por la misma sociedad que los encumbró.

El oportunismo está en todos lados, en la familia, en el amor, en las empresas, en las religiones, en la amistad, pero donde más se da este fenómeno es en la política. 

El oportunismo político es el más común en nuestros días, donde gente sin historial, sin militancia reconocida, sin sacrificio alguno, sin haber agotado tiempo productivo en las instituciones, sin un trabajo significativo y sin compromiso real con la causa o con el partido del gobierno, logran escalar robándole el espacio a los demás, pasándole por encima al esfuerzo ajeno.

El oportunismo está en todos los gobiernos. Me tocó conocer en carne propia el accionar de los oportunistas al arrebatarle los puestos a quienes se los ganaron, en el año 1982, cuando éramos parte fundamental de la coordinación de la campaña de la tendencia del entonces presidente Salvador Jorge Blanco. Confieso haberlo querido como a un tío, pero se aprovecharon de él, oportunistas y arribistas dejando fuera de los cargos a quienes construyeron su proyecto. 

Esos fueron los casos de José Ovalle, quien fungía como coordinador nacional y de coordinadores regionales, tales como Tonti Rutinel Domínguez, de Chichí Guzmán, Héctor Santana, Juan José Encarnación y del mismo José del Carmen Marcano, coordinador político del gran Santo Domingo e incluso fundador de la tendencia Jorgeblanquista en el Partido Revolucionario Dominicano y duró poco tiempo como ministro.

Vi con dolor y desesperanza cómo quienes se fajaron por años, quienes dieron todo, dañaron sus economías personales y familiares, esos no fueron tomados en cuenta salvo para alguna posición sin importancia, como premio de consolación, mientras gente llegada al proyecto meses y semanas antes se alzaban con el botín del poder, ante la mirada atónita de quienes hicimos realidad el triunfo. En mi caso particular mi querido Salvador siempre me dio un trato exquisito, pero le señalé que esos con apellidos sonoros, con vastísimos currículos y experiencias profesionales que él estaba designando, cuando saliéramos del gobierno serían los primeros que lo traicionarían. Ni más ni menos, así pasó.

Mi estimado amigo Presidente lo admitió en mi presencia, cuando fui a verlo a la cárcel preventiva del ensanche La Fe, donde me manifestó su agrado de verme y me dijo que las aseveraciones que le hice en el pasado, yo tenía razón. 

Salvador y Asela estarán siempre en mi corazón. Con ellos inicié en la política activa, peinamos juntos toda la geografía nacional y el exterior, incluyendo Puerto Rico y los Estados Unidos. 

Los oportunistas tienen una capacidad única para colarse sin que muchos se den cuenta, terminan “decretados” primero que los demás, como resultado de construir relaciones primarias con los entornos presidenciales mientras los que trabajan, los artesanos, los carpinteros, los verdaderos constructores de los proyectos, terminan siendo aporreados y olvidados por los de arriba. ¡Qué casualidad, cuando se acuerdan de ellos ya se han acabado los cargos y no hay espacio de nivel para designarles!

Sólo los que armamos proyectos sabemos el esfuerzo realizado, porque somos los que trabajamos día a día buscando los votos hasta abajo de las piedras. Los que damos la cara enfrentado casi siempre a los que están en el poder.

Los oportunistas no dedican su tiempo a eso, sino a venderse en los anillos de los candidatos y posteriormente en los entornos palaciegos, mientras los fajadores entienden que les llegarán a sus casas sus designaciones, creyendo tener mérito propio. El oportunista, por el contrario, como buen lobista se dedica a cercar a los que toman la decisión para que sean ellos designados primero, y con astucia serpentina saben que “el que bebe agua adelante, se la toma cristalina”.

Los oportunistas no tienen vergüenza alguna, no les importa hastiar a los altos funcionarios y a los presidentes, a quienes persiguen, se le presentan en todas las actividades y lugares, los acosan de tal manera que los obligan a que los tomen en cuenta y los nombren. Los cuadros políticos no hacen eso, porque se respetan y les da vergüenza pedir para que se les reconozca el trabajo realizado, y ahí precisamente está la trampa, porque con el falso orgullo del pobre, los dirigentes se quedan esperando que los llamen y los oportunistas, con descaro y sin modestia, se mudan a las oficinas de los principales incumbentes, incluso hasta al mismo Palacio Nacional, todo con tal de lograr su objetivo. 

Hoy los oportunistas constituyen el más grande de los partidos del país, pues como les ha ido bien en todos los gobiernos, “los demás los imitan”. La política del menor esfuerzo, los “políticos light”, los que sólo “se dejan ver”, que van a uno que otro recorrido casi siempre presidencial y que escriben en las redes en la comodidad de sus hogares son atendidos primero… mientras los militantes “guayan la yuca” en los barrios, buscando votos para los candidatos en calles y callejones, ven como les hurtan su esfuerzo.

Como a los oportunistas les va mejor que a los dirigentes políticos de oficio, hay que incentivar que sean ellos los que hagan los trabajos, los que busquen los votos y los que busquen los recursos, pero claro está, no lo harán, porque si hay un sello distintivo del arribista es que no le son leales a nadie, ni a candidatos, ni a causas, ni partidos y trabajan para su sólo beneficio personal, para lo que desarrollan un olfato especial -para saber hacia dónde va el poder- de manera que puedan saltar a tiempo para guarecerse y seguir arriba, ¡subido en el palo! 

Todo lo que ocurre permite concluir que el oportunismo está en auge, y que el trabajo político serio va de capa caída. Será mejor que los dirigentes políticos verdaderos cambien de estrategia y aprendan, para sobrevivir, muchas de las habilidades de los oportunistas.

REFLEXIONES EN EL CAMBIO #17 El poder del gobierno




Por: José Francisco Peña Guaba

Les trataré descarnadamente un tema que todos conocemos, pero del cual no nos atrevemos a hablar, mucho menos escribir, no por miedo sino por el prurito de que no se nos acuse de alabarderos del gobierno de turno.

Quien aquí escribe ha pasado alrededor del 70% por ciento de su existencia en la oposición. Este es mi “estado natural”, el que más conozco, estando con demasiada frecuencia del lado opuesto a lo que detentan el poder. He aprendido lo difícil que resulta a los que nos dedicamos al oficio de la Política, llegar al gobierno… aunque le resulta muy fácil a los “corchos” u “oportunistas”.

En este “porcentaje vital” de mi rol como opositor no se cuenta el proceso de “España Boba” que nos ha tocado vivir a quienes supuestamente “llegamos”, porque ganó el partido al cual apoyamos, pero de manera alguna fuimos tomados en cuenta, cómo vi que le pasó a mi familia cuando ganó el PRD en el 1978. Para nosotros no hubo cambios significativos, a excepción de que no sufriríamos más persecuciones ni vigilancia de los represivos servicios de seguridad de la época.

Hay que reconocer que los gobiernos del PRD, a excepción en parte del que encabezó Hipólito Mejía, dejaron a la mayoría del perredeismo fuera del poder. Siempre los sectores externos, como en el caso de la “el Grupo de Santiago” o la “Avanzada Electoral”, que se llevaron tajadas amplísimas de cargos públicos, en detrimento de la dirigencia y militancia del partido, quienes eran sus legítimos merecedores.

En mi espacio de participación me di cuenta de que hay 3 niveles en la integración en el tren Gubernamental. Primero, los que solo están en nómina, que son la mayoría. Que lo único que logran es que los designen como empleados, no reciben “el favor presidencial” de un nombramiento, ni ningún otro privilegio.  Segundo, algunos que son nombrados por decreto, lo que los hace tener algún nivel de vinculación con sus otros compañeros también designados y que logran acceder a asuntos cosméticos del Palacio. Pero hay otros, la minoría, que están “en el Poder”. De estos no conozco mucho, porque en ese nivel de participación nunca he estado, pero sé de aquellos que gozan de las mayores prerrogativas presidenciales y que sus opiniones son tomadas en cuenta a nivel del Despacho Presidencial. Son pocos los que logran tener ese nivel de influencia.

Los que están en el poder hacen y deshacen, toman decisiones, por su cercanía con “el número 1”, nadie les dice nada ni osa chocar con ellos, para evitar caer en desgracia.

Casi siempre los influyentes de que les hablo, tienen abiertas permanentemente las puertas del Despacho del mandatario de turno y, por ende, sus criterios, informaciones, recomendaciones, chismes y maledicencias llegan rápido. Aunque siempre se ha dicho “que las cosas del Palacio andan despacio”, cuando de destutanar a alguien se trata no hay dilación alguna.

Algunas veces los que están en el nivel de gobierno se salvan de los chismes palaciegos porque, si bien carecen de poder, gozan de cierto afecto o consideración del Presidente de la República, se les escucha ante cualquier desinformación y, por lo general, se salvan de la ira del entorno, produciéndose una especie de “dispensa presidencial”. Claro está, los que se encuentran a nivel de nómina no gozan de esa suerte y, casi siempre, son cancelados en el acto.

Los que hemos estado largo tiempo en oposición sabemos diferenciar a los que, de una manera u otra, logran ser tomados en cuenta y en cualquier nivel participan de los beneficios gubernamentales, porque quien está abajo las tiene todas en contra. Es frecuente escuchar a nivel de pueblo, que quien está abajo está en “el infierno”, mientras el que se encuentra en el gobierno, está en “la gloria”.

Hay que entender el poder del gobierno. Veamos algunas razones:

1- Los que llegan al gobierno están en nómina. Dependiendo su nivel relacional tendrán un buen salario, con ello les darán una tarjeta para cobrar despreocupadamente mientras dure la gestión. Tendrán seguro médico, en algunos casos hasta internacional, y si están pegaos les asignarán vehículo, combustible, dietas y seguridad. En algunas instituciones hasta les pagan el colegio a sus hijos y les dan compensaciones salariales adicionales. Dígame entonces, en un País con pocos empleos de calidad como los que hay en el sector privado, ¡si esto no es la gloria para el que llegue!

2- A los que “están abajo” se los lleva preso hasta un raso, pero a los que “están pegaos en el gobierno” los respetan hasta los generales.

3- Los que están en la oposición tienen que tener al día todos sus papeles, hasta la revista del vehículo. A los que están en el gobierno nadie les pregunta por papel alguno. 

4- A los que “están abajo” los “amarran” de mala manera si andan, aunque sea con una pistolita de mito, mientras los del gobierno pueden andar hasta con metralletas sin permiso.

5- A los que “están abajo” les mantienen pinchados los teléfonos y son muy conservadores con lo que hablan, mientras los del gobierno dicen “de todo” porque se sienten inmunes.

6- A los que “están abajo” se la ponen difícil hasta para obtener cualquier permiso, del tipo que sea, pero a los del gobierno se los entregan con mucha facilidad.

7- El que es de oposición y le deben en el Estado “se embromó”, porque sacarle un pago a un opositor es tan trabajoso como ir a pie de Santo Domingo a la Basílica de Higüey.

8- El que está “abajo” tiene automáticamente todos los poderes en contra, porque en estos países de régimen presidencialista es muy difícil que nadie se quiera poner en desgracia en el Palacio, ni siquiera aquellos que tienen una alta posición en el poder legislativo o judicial.

9- Los primeros que le temen al poder son los empresarios. Le tienen un miedo “como el diablo a la cruz” a las revisiones fiscales de la DGII, y es por eso que al que está “abajo”, muy difícilmente le den la mano, salvo que se vea inminente su triunfo, solo ahí se la juegan.

10- Jamás piensen que los derechos del “ciudadano en oposición” son iguales que los “derechos” de quienes están en el gobierno. Ahí se cumple la máxima de que “a mis amigos, todo; para los indiferentes, la Ley y para los adversarios, nada.”

Por razones como estas es que todos los dominicanos reconocen las bondades de estar en el gobierno, y las profundas desventajas de quien no lo está. Al que está “abajo” se le alejan amigos, compadres, familiares y novias. Se trata del “sentido práctico de la oportunidad”, que acompaña casi siempre a los que han nacido en esta media isla. Me imagino que será así también en otros países donde sean débiles los mecanismos institucionales y donde todo depende del providencialismo presidencial. 

La capacidad camaleónica de la mayoría de la gente nuestra nace de una necesidad de sobrevivir a esta realidad, de tratar de mantenerse en una suerte de neutralidad que les permita ponerse la chaqueta del momento, para subsistir en esta “selva de cemento.”

Al que está en el gobierno le sobran invitaciones, al que está abajo nadie lo quiere cerca; al que está arriba todos lo saludan, al que cayó abajo le guardan distancia; los que están arriba viven pródigos de afectos, a lo que están abajo solo los muy leales se lo demuestran.

A los que están en el gobierno las mujeres suelen sonreírles, a los que están abajo “hasta la mujer se le niega.”

Ambos, los de arriba y los de abajo tienen estrés, salvo que los de arriba son “por presión” y los de abajo, por “depresión.”

Al que está arriba cualquiera le presta, pero al que está abajo hasta el colmadero le cierra la cuenta.

Son todas esas razones que hacen que el partido más grande del país sea el de los “oportunistas”, que se han hecho expertos en sobrevivir a la crisis y sacarle el cuerpo a la miseria y a las dificultades opositoras.

Una de las cosas que más fomenta la corrupción es precisamente esa, la diferencia tan drástica entre los que están arriba y los que están o van para abajo, si bien a quienes les toca “volver al abajismo”, se preparan para pasar a su etapa de opositores con los menores apremios económicos posibles.

A los que quieren ser coherentes la vida opositora se les hará difícil, pero les resultará digna. Soy consciente de que con dignidad no se va al supermercado, pero hemos de aceptar que la realidad nuestra es la lucha por la subsistencia y, por eso, no ha de criticarse cuantos medios se utilicen para sobrevivir. Lo que sí es importante es que quienes apuesten a construir un proyecto desde abajo, cuando ganen que sean solidarios y leales con los que estuvieron a su lado, haciendo suya la frase “jamás olvides al que caminó contigo cuando todos los demás inventaban excusas.”

REFLEXIONES EN EL CAMBIO #16 PRD, crónica de una execración sin ejemplo




Por: José Francisco Peña Guaba

 

Pensé mucho si atreverme a escribir sobre este espinoso tema, tratando de buscarle una explicación más que política, histórica o sociológica. Sería más bien bíblica, ante la especie de condenacióngeneracional que acompaña al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y sus principales directivos desde su propia fundación. 

El PRD se construye en exilio en el 1939, en Cuba, y sus principales fundadores lo fueron: el Profesor Juan Bosch, el prestigioso intelectual don Juan Isidro Jimenes Grullón, Enrique Cotubanama Henríquez, Virgilio Mainardy Reyna y Ángel Miolán, entre otros. 

Dicha organización se organiza y expande por varios países, constituyéndose seccionales en New York, Venezuela, México, Puerto Rico, Curazao y Aruba. El nuevo partido asumió el liderazgo anti-trujillista, aunque en el país era desconocido para la mayoría del pueblo. Sin embargo, el PRD tenía redes de contacto local vinculadas con la diáspora, al decir de mi madre en su libro “Los años difíciles.” Mi padre era uno de esos contactos.

El PRD nació dividido por las corrientes que coexistían en su seno desde el exilio, cosa que se manifestó con la llegada de la “Comisión del 5 de Julio de 1961”, integrada por Ángel Miolán, Nicolás Silfa y Ramón A. Castillo, quienes poco después, ellos mismos estaban en parcelas políticas diferentes. 

Para entender esta crónica de hechos tenemos que explicar que dentro de los tipos de execración esta la “autoinfligida”, la que se desencadena por actuaciones incorrectas o actos malvados, cómo el hábito del engaño. Este tipo de condenación es de naturaleza generacional, se pasan de una a otra u otras personas, que se atraen maldiciones por su mal proceder o por deudas de sangre.

La primera acción del PRD a la llegada al país fue buscar el apoyo de los trujillistas, absolviendo de hecho todos sus desmanes de 31 años de terror y oprobio, que devino en una absolución oportunista, si bien no dejó de ser pragmática, “el borrón y cuenta nueva” que llevó por primera vez al PRD al poder pero que, en mi particular criterio, fue el acto que dio inicio a esa “condenación generacional”.

Para verlo así solo hay que explicar que fue mucha la sangre derramada por la tiranía que el PRD amnistió. Se pagó mal la deuda con tantos muertos. Los estudiosos del esoterismo le dan aquiescencia a la Ley del Karma, que como bien lo explica su significado, es aquella que ajusta el efecto a su causa, es decir, todo lo bueno o malo que hemos hecho en la vida nos traerá consecuencias buenas o malas, en esta vida o en las siguientes (para los que creen en la reencarnación). A esta ley se le reconoce como “justicia divina” y es, para sus partidarios, inmutable.

A efectos de esta “maldición del hombre” se reiteran errores consecutivos, que le originaron al perredeismo un “círculo de imprecaciones” que lo mantienen postrado hasta nuestros días. Veamos cuáles fueron esas acciones:

1- Como ya dijimos, el PRD lo crean los antitrujillistas y lo llevan al poder los trujillistas;

2- Los principales dirigentes del PRD son aporreados por su propio partido (como en el caso de Ángel Miolán, Washington de Peña y otros) y se les ordena cerrar hasta los locales del PRD en pleno Gobierno;

3- La defensa a la vuelta de la constitucionalidad sin elecciones produjo la Guerra de Abril, en la que murieron miles de personas, para terminar, después de tantos sacrificios, entregándole el poder al mismo Dr.Balaguer;

4- Después de combatir a los 12 años de la oprobiosa semi dictadura de Balaguer, logra vencer al reformismo en el 1978… pero el PRD se olvidó de sus más valiosos y abnegados dirigentes, les dio la espalda y la mayoría terminó en indefensión y en miseria totales;

5- Ni hablar de los “hombres de Abril” a los cualeslos gobiernos del PRD traicionaron, muriendo la mayoría de ellos en el exilio y olvidados, aunque habían dado sus mejores años, su carrera y hasta su propia vida por el partido y el país;

6- Los propios líderes del PRD, a excepción de mi padre, prohijaron la vuelta al poder del Dr. Balaguer en el 1986, para que nos volviera a gobernar por otros 10 años;

7- Entregaron el poder a los que humillaron a su propia militancia, a los que nunca honraron a sus muertos ni reconocieron en verdad a sus héroes vivos.

8- La traición de la que fue víctima permanentemente su propio líder, José Francisco Peña Gómez, el hombre que con su carisma, esfuerzo y popularidad hizo presidentes… para ver después cómo su partido lo traicionaba al grado de que, en gobiernos de su partido, se le impidió entrar al Palacio Nacional, ¡incluso se planificaron atentados contra su vida!

Tanta traición, olvido, desagradecimiento y hasta burla a todos los que se sacrificaron por ese partido, auspiciaron el cobro de esa deuda, por mandato divino,del destino o de la providencia.

Las consecuencias han sido consistentes y al parecer, como toda condenación generacional, ha ido pasando a las nuevas generaciones. Veamos:

1- El golpe de Estado de 1963, a 7 meses de gobierno, hecho en el que complotaron hasta los mismos que inicialmente le apoyaron;

2- Todo lo que tuvieron que sufrir las víctimas de la revolución de Abril, además de persecuciones, la cárcel y el destierro;

3- El suicido de un presidente en ejercicio, hombre noble, Don Antonio Guzmán;

4- La atroz persecución y prisión del expresidente Dr. Salvador Jorge Blanco;

5- El robo descarado de las elecciones del 1994 y la jugada estratégica de Balaguer para impedir el triunfo de dicho partido en 1996;

6- La muerte a destiempo de Jacobo Majluta, con apenas 62 años y la de su líder, el Dr. José Francisco Peña Gómez, con apenas 61.

8La salida del poder del PRD en apenas 4 años, en medio de un rechazo nacional sin precedentes, en el 2004.

9- La división del hoy PRD, que le produjo la migración más rápida y la mayor conocida en la historia de militancia y dirigencia de un partido hacia otro.

Vistos los orígenes y las consecuencias entenderán, cómo muchos lo hemos comentado en reuniones y tertulias, que está mala racha no es algo natural, ni dialéctica, ni son accidentes históricos, pero mucho menos obra de la casualidad, contingencia o eventualidad; tampoco ha sido algo efímero, porque se ha mantenido en el tiempo por largos años y no se ve bajo qué influjo mágico cambiaría a breve término su desventura.

Ese hado providencial que haga cambiar los nefastos acontecimientos que ha vivido el PRD tendrán respuesta cuando una nueva generación rompa ese círculo de imprecaciones, reencontrándose con su orígenes, honrando sus muertos, recordando a su dirigencia desaparecida, siendo leal a los principios ideológicos y morales de su líder ido a destiempo,pero sobre todo, evitando ignorar el esfuerzo de una militancia aguerrida que construyó con sacrificios y sangre al glorioso, al buey que más jala, al “partido de la esperanza nacional, reconociendo, alfin, a esa militancia que fueron los héroes anónimos de esa historia, cambiando radicalmente su forma, de darles la espalda, como siempre hizo.