Por: Julio Ortega Tous
El país está frente una vasta y masiva campaña de descrito. Esa campaña ha sido orquestada y ejecutada por el gobierno haitiano con el apoyo de una vasta de red de organizaciones no gubernamentales y de órganos oficiales. Ahí es que vienen las interrogantes que trataremos de despejar.
¿Por qué la OEA, a través de su Secretario General, el uruguayo Luis Almagro, sostuvo recientemente que “existe un grave atentado contra ciudadanos haitianos en República Dominicana”, “que las deportaciones o los retornos voluntarios deben cesar”, contraviniendo así todo el proceso de facilidades de regularización y naturalización llevado a cabo a través de la Ley 169/14 y el Plan Nacional de Regularización de Extranjeros en situación irregular?
¿Por qué el Señor Ban Ki-moon, Secretario General de la Organización de Naciones Unidas, se desplaza a la Cumbre de la Américas en Panamá para presionar a nuestro Presidente de la República a que administrativamente otorgue la nacionalidad a supuestamente un millón de haitianos establecidos en RD? Más recientemente, el Señor Ban Ki-moon asistió a la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad del Caribe (CARICOM) realizada en Barbados, e insistió en la mentira de que nuestro país está realizando expulsiones masivas de ciudadanos haitianos.
Esto no es una coincidencia. No es un desliz de los jefes de la OEA y de la ONU. Esto sucede al mismo tiempo que el Canciller dominicano se ha desplazado a Europa y a Estados Unidos, para explicar la situación real existente en nuestro país. Es más, el Señor Almagro hizo esa declaración frente al Canciller dominicano cuando estaba reunido el Consejo Permanente de la OEA.
A esa campaña de difamación y mentiras contra nuestro país, se han unido los alcaldes de Nueva York, de Montreal y destacados dirigentes políticos de los Estados Unidos y de la Unión Europea. De la misma forma que se ha unido el Primer Ministro de Haití, el Canciller de ese país y el embajador de Haití ante la OEA. Pareciera que existe un concierto, una mente única que coordina esos movimientos con el fin de quebrar al gobierno dominicano y la sociedad dominicana en su determinación de regularizar la situación del desorden migratorio que ha existido en nuestro país por décadas.
Al mismo tiempo, países como Bahamas, muy cercano a Haití y con una población migrante haitiana amplia, o como Trinidad & Tobago, han puesto en marcha programas de expulsión y persecución masiva contra inmigrantes haitianos en sus países. De hecho, los Estados Unidos, el país con la economía más grande del mundo y muy próximo a Haití ha expulsado sistemáticamente a irregulares haitianos, pero también dominicanos, centroamericanos, mexicanos y ha llegado a repatriar en el 2014 y 2015 cifras records de inmigrantes, incluso de menores de edad que han ingresado solos a su país.
Pero de nuevo cabe la pregunta ¿Qué se persigue con esta campaña de denuncias falsas y ataques irresponsables contra la República Dominicana, el único país que ha abierto un programa de regularización masiva de inmigrantes?
Tenemos una idea bastante precisa. ¿Cuándo la OEA ha actuado contra los intereses de Washington? ¿No es conocida la afinidad del Secretario General de ONU, el coreano Ban Ki-moon a los intereses y las políticas de Departamento de Estado y la Casa Blanca? La realidad es que detrás de todos estos tinglados está el gobierno de los Estados Unidos y los intereses de los Estados Unidos. Haití es desde hace décadas un quebradero de cabeza para Washington y la llamada “Comunidad Internacional”. Un país que ha colapsado y que solo se mantiene, incluso desde antes del devastador terremoto de 2010, por la presencia de tropas bajo el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU y una asistencia económica de miseria al gobierno haitiano.
Y que conste, que la llamadas “misiones de paz” de la ONU con sus “cascos azules” bajo mandato del Consejo de Seguridad, solo se establecen en países donde hay o ha habido un conflicto armado. ¿Existe o existió en Haití un conflicto armado? Categóricamente NO.
En Haití no hay Estado. No hay instituciones. No hay “monopolio de la fuerza” por parte del Estado desde que los Estados Unidos invadieron el país en 1994 para restablecer a Jean Bertrand Arístides en el gobierno y disolvieron lo poco que quedaba del Estado haitiano, particularmente las Fuerzas Armadas. Luego que las tropas norteamericanas se retiraron, dejaron la responsabilidad a una “fuerza delegada” bajo el mandato de la ONU. Haití ha sido incapaz de organizar un solo proceso electoral desde entonces. Todos los procesos electorales son impuestos y organizados por la “comunidad internacional” a través de la OEA, por mandato de los Estados Unidos y sus países aliados, en particular la Unión Europea, Francia y Canadá.
La llamada “solución de la problemática haitiana” para estas gentes pasa por trasvasar, enviar, destinar, una cantidad importante de población haitiana, a la vecina República Dominicana, que tiene una economía vibrante y que por irresponsabilidad de su clase capitalista y de los gobiernos han poco a poco absorbido contingentes crecientes de haitianos. ¿Un millón, un millón y medio, dos millones, tres millones? Nadie tiene una idea exacta.
El conflicto entre los dos Estados de la isla se inició desde el mismo establecimiento de la colonia francesa a mediados del siglo XVII –aproximadamente en 1650 y legalizada en 1697-, y ha ido tomando distintas formas hasta los tiempos actuales. Haití, sobrepoblado, empobrecido y devastado no puede sostener su actual población de unos 10 millones de habitantes. Necesitaría bajar esa población a la mitad, y aun así habría muchos inconvenientes.
El problema de esa fórmula es que cojea de una pata. El pueblo dominicano ha sido fiero en la conquista y defensa de su independencia y soberanía desde antes de 1844, cuando precisamente el grito de independencia expulsó a las tropas haitianas que invadieron y ocuparon la parte dominicana por 22 años. Y después el pueblo dominicano expulsó a los colonialistas españoles en 1865.
Posteriormente nos enfrentamos a la invasión de tropas norteamericanas y las obligamos a salir en 1924 y finalmente el pueblo enfrentó la segunda invasión de los Estados Unidos en el siglo XX con las armas en la mano en 1965, en la gran guerra patriótica que desató la lucha por la constitucionalidad.
Hoy en día es clara la intención de los Estados Unidos, y sus aliados, como Canadá, Francia, y los países de la Unión Europea de IMPONER la “solución dominicana” al problema permanente que tienen con Haití. No es descartable que con esta ofensiva que trata de sindicar sin base a los dominicanos y su gobierno como xenófobos, racistas y antihaitianos, se tenga como meta, quebrar la voluntad dominicana de no ser el que absorba millones de haitianos para “solucionar” su inviabilidad como nación y como Estado.
La ultima forma podría ser a través que crear un falso conflicto y enviar también al lado oriental dominicano tropas autorizadas por el Consejo de Seguridad para imponer la disolución de la determinación dominicana de regular a quien recibe y a quien no, y abrir la frontera de par en par para que la parte dominicana absorba 4 ó 5 millones de haitianos. Esa es la única explicación a las acciones descabelladas de los secretarios de la OEA, la ONU, el CARICOM, y la silente colaboración de Francia, la Unión Europea y Canadá.
